Fue genial...

Todavía siento su calorcito... la acabo de llevar a la cama dormidita. Hubo tantos y tantos preparativos. Ir por toda la comida, terminar de picar las frutas, el tomate y la cebolla. Poco a poco llegando a momento de ver el fruto de una memoria que quedaría escrita en su vida. Su primera fiesta de cumpleaños. Quise darle todo aunque falto mucho porque lo elemental no esta: su familia completa. Fue una fiesta llena de alegría, de sonrisas y de muchas risas. Falto la mayoría de los invitados aunque he de confesar a los que realmente extrañe tuvieron razones de indiscutible peso.
Michelle corrió de un lado a otro gozando la fruta con sombrillas-palillos. Jugo con las palmeras, con las flores colgantes que andaban por ahí. Hasta la mesa de los regalos se lucio porque tenia un mantel amarillo mírame a fuerzas con borde plisado en verde pasto que de forma post modera o modernista la convirtió en una enorme piña rectangular. No se, fue magia que costo mucho. Hubiera querido que en lugar de que su papa nos hablara y le contara lo que estaba pasando nos hubiera acompañado. Porque ese fue el motivo real, por el cual, no había querido celebrarle el cumpleaños a mi gordis. Mas el sano deseo de darle a nuestra hija una alegría me llevo a hacer del día 4 de junio un día para recordar.